«Nunca es tarde si la dicha es buena», lo que también podemos aplicar a la comunicación en general y a la CI en particular.

Nos corresponde a nosotros dar la medida de su importancia, para lo que resulta imprescindible la credibilidad que, como bien se sabe, se acredita y fundamenta en los hechos. Y éstos se soportan en los datos.

Quiero decir que en CI nos queda mucho por hacer y demostrar a quienes detentamos esa responsabilidad en las empresas.

No hay quien defienda que la comunicación interna no es importante (¿será la espiral del silencio?), a todos se les llena la boca, pero hacer sentir su necesidad, aportar soluciones prácticas (no milagrosas) y conseguir que nos llamen para intervenir es misión nuestra, tenemos que ganárnosla demostrando efectividad, eficacia y eficiencia mediante nuestros planes directores (PCI’s), planes anuales y planes de acción puntuales y, además, ser capaces de revertir beneficios reales, tangibles, que se noten y se reconozcan, en la organización.

¿La crisis? Una oportunidad de oro para quienes sepan trabajar desde la realidad la comunicación en la empresa y sean capaces de hacer visibles los beneficios que se dice que comporta.

© jvillalba

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