Me llega el vídeo –vía LinkedIn- del último desayuno PR Noticias-Dircom de una interesante tertulia sobre los nuevos retos que la tecnología está planteando a los Dircom 2.0, en la que participaron Eva García, directora de comunicación de Nurun, junto con Mildred Laya, directora de comunicación de Oracle, y Teresa García Cisneros, consejera delegada de Ketchum.

Recojo la alerta de Eva García y les invito a disfrutar de una interesante conversación, de la mano de tres reconocidas expertas:

 

No cabe duda de que el desarrollo de las TIC ha propiciado una e-revolution en el mundo que también afecta a la comunicación y a las relaciones humanas. Es verdad que no hay que confundir la herramienta con las funcionalidades que permita o que, como decía en otro post, que “La herramienta hace posible la visión, pero la visión no es la herramienta”, lo que significa que facilita hacer realidad ideas, sueños, demandas que algunos que las han hecho posibles podían albergar e imaginaron y, de hecho, hoy son una realidad: globalización, transculturización, democratización, multiaccesibilidad, micropoder…

La esencia del fenómeno 2.0 no habría sido posible sin el desarrollo de las TIC, que han propiciado la verdadera democratización de La Red en una sociedad en la que ya prima la omniconversación cimentada sobre la base de la fuerza del ciudadano 2.0, que ya no es pasivo, actúa, charla, opina… y es consciente de su poder para decidir; sociedad en red en la que hace tiempo se acuñó la figura del influenciador (e-fluentials), ciudadanos expertos en alguna materia, opinadores que fueron ganándose crédito en la blogosfera como prescriptores reputados en su especialidad, y que lideran estados de opinión.

Conversaciones que ahora se multiplican exponencialmente por el efecto viral que también puede provocar el ciudadano periodista, denunciando asuntos que pueden dañar o privilegiando informaciones que pueden reputar, según sean el tono y el eco que despierten supuestas opiniones y experiencias; son voces que pueden propagarse desde un único punto hasta los cinco continentes.

El mundo ha cambiado y sigue mutando, evolucionando al rebufo de una tecnología facilitadora, amable, accesible, democrática… que remueve los cimientos de una sociedad apalancada todavía en viejos principios y/o desfasados hábitos.

Gestionar la comunicación en un entorno en e-revolution pasa necesariamente por conocer, comprender, reaprender y abarcar los cambios del comportamiento social, y no sólo en la operativa y en la actividad diaria del Dircom, sino en la esencia de la misión que tiene encomendada, pues deberá asimilar el nuevo escenario para poder reorientar los efectos a conseguir.

Ello requiere adaptarse a las nuevas realidades, mudar, redefinir y reorientar la actividad buscando la convergencia para ser capaces de comunicar y establecer un diálogo constructivo con la nueva fragmentación de los nuevos ciudadanos del S. XXI, de los que una característica fundamental es su multiplicidad de roles: -grosso modo- de persona, familiar,  trabajador, profesional, consumidor, internauta y miembro de diferentes comunidades y asociaciones off/on-line.

Sin embargo, por referirme en exclusiva a la comunicación interna, las empresas, principalmente las PYMES, están sacando poco provecho “interno” de la tecnología 2.0 para atender y relacionarse con su principal grupo de interés –tradicionalmente más desatendido que el resto-, si bien la cuestión no es tanto implementar herramientas como comprender el fenómeno y poder determinar cómo éstas y cuáles de ellas, en qué medida, con qué marco de actuación y con qué grado de congruencia y convergencia pueden favorecer la estrategia e impulsar la consecución de los objetivos planteados.

Pero también aquí topamos con un elemento clave para soportar la capacidad de influencia del Dircom en la organización: la medición de los efectos logrados y cómo éstos contribuyen a impulsar la estrategia. Sin un planteamiento colegiado, perfectamente alineado y desarrollado en equipo, resultará imposible ni tan siquiera asomarse a conocer los verdaderos efectos de la comunicación interna en la empresa.

© jvillalba