A raíz de mi post anterior, me vino a la mente que hacía un par de meses, ojeando en diagonal un artículo sobre retribuciones, me llamó la atención la coincidencia del peso, en su composición, de tres de las cinco variables contempladas por el estudio de Randstad al que dicho artículo hacía referencia: cualificación formativa (24%), experiencia (26%) y gestión de personas (25%); las dos restantes (localización geográfica –sin concretar- y la dimensión de la empresa, que puede hacerlo oscilar hasta un 30%) tendrían que repartirse el 25% restante. Cinco variables que, por otra parte, cualquiera intuye que influyen en el monto de su nómina.

Durante años he intermediado en el mercado del empleo y me he visto en múltiples negociaciones retributivas, lo que me avala para afirmar que es ésta una cuestión principal, más que confidencial, secreta, un expediente equis.

En uno de aquellos años, hace mucho, como en los cuentos, tuve ocasión de asistir a un hecho esclarecedor.

(Una empresa cualquiera –de las tecnológicas-, en los tiempos de Maricastaña –años 80-) Con motivo de la contratación de un directivo, se filtró en un informe de gestión una copia de su contrato de trabajo que, por error fatal de una secretaria de dirección, quedó adherida a un informe de gestión que, como es natural, se reprografió y se distribuyó entre todo el equipo directivo en pleno. Alguien se percató, se corrió la voz, alguien más lo alertó más arriba y alguien de menor rango procedió a retirar inmediatamente –en algún caso casi a a la fuerza- todos y cada uno de los ejemplares, estimulando la curiosidad de quienes todavía no se habían percatado del asunto.

Esa misma tarde la práctica totalidad del equipo directivo, y algunos otros, descubrieron la retribución por la que se había ‘fichado’ a aquél ‘especimen’, cuya partida económica superaba a la de sus homólogos, generando una queja generalizada. Imperó no obstante el silencio. No obstante sus ‘iguales’, en corrillo, le señalaban con el dedo. En las reuniones del equipo, aquél no estaba en el corrillo. Finalmente, ‘la nueva pieza de caza’ decidió emigrar a otros pagos antes de cumplir su primer año.

Sucede que las prácticas retributivas no se difunden, se ocultan, se hace igual que con lo pornográfico, se esconde. Muy pocos en las empresas están al tanto de la  materialización de los salarios de todos y de cada uno de los trabajadores. Ni tan siquiera todos los integrantes de un departamento de gestión de personas tienen acceso a tan privilegiada información.

Hay quienes exponen dos argumentos al menos: se trata de un asunto privado que no puede dejarse a la luz, el salario es información privada y está sujeto a reserva y confidencialidad. Si los salarios fueran públicos nos quedamos sin una herramienta preciosa de negociación.

Ya dije que durante años intermedié en esta cuestión. No les quito la razón, simplemente expongo que una cosa es curiosear en los conceptos retributivos y cifras y otra muy distinta hacer, los de todos, públicos.

¿Que sucedería si se expusiera públicamente la nómina de la empresa? (alguna lo ha hecho con óptimos resultados)

Salvo las excepciones que ustedes quieran citar, seguramente más cercanas a empresas de tamaña dimensión que a PYMES, lo primero que descubrirían los trabajadores es que la práctica retributriva de la empresa privada adolece de equidad interna. En segundo lugar, que en muchos casos la práctica también adolece de competitividad externa. En un análisis algo más reposado, que las diferencias (agravios) no se justifican mediante el margen de maniobra de los intervalos entre niveles. Y no hablemos de las retribuciones por género que, aunque nos dicen que hoy se están equilibrando, cuando menos tienen, con permiso de la RAE, un decalaje del 16%, lo que probablemente desataría un escándalo.

¿Y qué sucedería si se conocieran las percepciones, por todos los conceptos, de quienes más mandan? ¿Y si se cotejasen con las de los que menos mandan?

Llevo años sin hacer ni estar al corriente de los estudios retributivos en España, aunque de vez en vez me llega alguna de estas informaciones, pero no creo errar si mantengo las afirmaciones anteriores.

Ciñéndome a la cuestión pecuniaria, probablemente ya conozcan ‘Tu salario’, una página promovida por la Universidad de Salamanca, CCOO y UGT, que informa a la mayoría sobre cuestión tan secreta.

Y es que a resultas de una evaluación del desempeño su retribución –la del artículo se refiere al salario de contratación- también podrá variar en uno u otro sentido. Y a propósito de productividad, merece la pena leer atentamente el artículo del profesor Navarro, publicado en el diario Público el 4 de marzo.

© jvillalba